SafeStart es un programa de seguridad que ha ganado popularidad en muchas industrias como una herramienta para reducir accidentes y mejorar la seguridad laboral. Basado en el enfoque de “seguridad conductual”, SafeStart se enfoca en reducir errores humanos a través del reconocimiento y gestión de estados emocionales que pueden llevar a incidentes, tales como la prisa, la frustración, el cansancio y la complacencia. Aunque suena atractivo en teoría, en la práctica, SafeStart ha recibido críticas en varias áreas.
Aquí exploramos algunos de los puntos débiles de SafeStart y por qué no siempre es la solución ideal para mejorar la seguridad industrial.
1. Enfoque Demasiado Simplificado en el Error Humano
SafeStart se centra en modificar el comportamiento individual y en cómo los estados personales afectan la seguridad, pero este enfoque puede resultar excesivamente simplista. La seguridad en el trabajo depende de una amplia gama de factores, desde la calidad de los equipos y las condiciones del lugar de trabajo hasta el diseño de los procesos y la cultura organizacional. Reducir los riesgos solo a errores personales y estados emocionales subestima la complejidad de los factores que realmente afectan la seguridad.
Crítica: Ignorar factores estructurales y de diseño es peligroso, ya que el error humano es solo una de las muchas causas potenciales de un accidente. Confiar demasiado en que las personas gestionen sus emociones para reducir incidentes puede no ser suficiente si los equipos o procedimientos son inseguros de raíz.
2. Desviación de Responsabilidades Organizacionales
SafeStart pone una gran responsabilidad en los empleados para gestionar sus propios “estados críticos”, como la prisa o la fatiga, y prevenir errores. Sin embargo, esta visión puede llevar a que la organización evite asumir su rol en garantizar condiciones de trabajo seguras. Si bien es importante que los trabajadores sean conscientes de sus propios estados, también lo es que las empresas implementen controles de seguridad adecuados y mantengan el equipo en condiciones óptimas.
Crítica: SafeStart podría fomentar una cultura de culpabilización del trabajador. Si ocurre un incidente, es fácil para la organización culpar al empleado por no haber “manejado sus estados”, en lugar de asumir la responsabilidad por posibles deficiencias en el ambiente de trabajo o el equipo.
3. Falta de Enfoque en la Prevención Basada en Ingeniería
Otro punto de crítica es que SafeStart se basa principalmente en la modificación de comportamientos, descuidando los controles de ingeniería. En una jerarquía de controles de seguridad, los controles de ingeniería y los administrativos son más efectivos y permanentes que intentar cambiar el comportamiento individual de los trabajadores.
Crítica: SafeStart puede ser percibido como una distracción que desvía recursos y atención de controles de seguridad más efectivos y menos dependientes del estado emocional del trabajador. La verdadera prevención de accidentes debería centrarse en eliminar los peligros y mejorar las barreras de protección, en lugar de depender exclusivamente de la “gestión emocional” de cada empleado.
4. Resultados y Métricas Difíciles de Evaluar
Aunque SafeStart promete reducir incidentes, la realidad es que los resultados suelen ser difíciles de medir y cuantificar. En muchos casos, la reducción de incidentes puede estar influenciada por una variedad de factores que no se relacionan directamente con el programa. Además, cuando los resultados son ambiguos, puede ser difícil justificar el costo del programa.
Crítica: La falta de métricas objetivas y de una relación directa con la disminución de incidentes deja dudas sobre la verdadera eficacia de SafeStart. Sin datos sólidos, es complicado evaluar si el programa realmente impacta la seguridad o si simplemente se trata de un cambio temporal y superficial en la cultura organizacional.
5. Enfoque en los Estados Personales y Desgaste Psicológico
El énfasis en estados como la prisa, la frustración, el cansancio y la complacencia puede llevar a que los trabajadores sientan que deben estar constantemente monitoreando su estado emocional para evitar accidentes. Esto puede resultar en desgaste psicológico, especialmente en entornos de trabajo donde la carga de trabajo es alta y los tiempos de descanso limitados.
Crítica: SafeStart puede generar una carga adicional en el trabajador al esperar que sea consciente de su estado emocional en todo momento. Esto puede crear un entorno de trabajo en el que se pone demasiada presión en el trabajador para “autorregularse”, lo cual puede ser contraproducente y afectar la moral y el bienestar general.
Conclusión
Aunque SafeStart puede ser una herramienta útil en ciertos contextos para aumentar la conciencia sobre los errores humanos, es importante recordar que la seguridad industrial requiere un enfoque integral. Los controles de ingeniería, la evaluación constante de riesgos, las mejores prácticas en diseño y la responsabilidad organizacional no pueden reemplazarse simplemente con programas de modificación conductual.
Si una organización decide implementar SafeStart, debe hacerlo con una comprensión clara de sus limitaciones y acompañarlo de otras medidas de seguridad estructurales. En última instancia, los programas de seguridad más efectivos son aquellos que combinan un enfoque humano con un compromiso serio con la mejora de las condiciones de trabajo y la eliminación de riesgos desde su origen.
¿Crees que SafeStart es una herramienta eficaz o piensas que existen mejores alternativas para mejorar la seguridad industrial? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!
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